UN ENCUENTRO BAJO LA SOMBRA-Reflexion

 

Un ncuentro Bajo la Sombra — Reflexión de Hoy 

Esta mañana salí a caminar con las chicas —mis fieles compañeras perritas: Romina y Chiquis— buscando descanso bajo la sombra de un árbol en el parque. Sólo había una silla disponible, ocupada por una mujer de edad avanzada. Le pedí permiso para compartir el espacio, y accedió con una leve sonrisa.

Mientras jugaba con las perritas, noté que la mujer reflejaba una profunda tristeza. Rompí el silencio con un sencillo “¿está bien?”, y me confesó que venía de una discusión con una vecina conflictiva. Le hablé de la paz de Cristo, recordando aquel momento en que Jesús preguntó a sus discípulos:

“¿Y ustedes, quién dicen que soy yo?” — Pedro respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:15-16)

También le mencioné las palabras que Pedro le dijo al Señor:

“Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6:68)

Ella me miró directo a los ojos y preguntó: “¿Dónde dice?” Yo respondí que en el evangelio de Juan... pero no llevaba la Biblia conmigo.

Con gentileza pero firmeza me dijo:

“La próxima vez, venga con citas y números. Y luego hablamos.”

Se levantó y se fue. Y yo me quedé, bajo la sombra del árbol, reflexionando profundamente.

📖 Lección aprendida: No basta con compartir lo vivido. Las experiencias personales, por valiosas que sean, necesitan el fundamento eterno de la Palabra. Porque sólo en ella está la verdad. Como dijo el Señor:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6)

Hoy entendí que debemos estudiar la Escritura, llevarla con nosotros, vivirla y compartirla con verdad y autoridad. No hay justificación para ignorar las enseñanzas del Maestro, que dejó su vida como testimonio para nuestro aprendizaje y salvación.